PADRES EN COMPAÑÍA DE MARÍA

CONOCIENDO EL CAMINO DE EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS:

SANTA JUANA DE LESTONNAC

(reseña de la primera sesión celebrada el 10 de octubre)

Comenzábamos las sesiones de formación de padres como el año pasado, con una aproximación a Santa Juana de Lestonnac, fundadora de la Compañía de María hace ya más de 400 años.

El curso anterior conocimos su vida de la mano del seminarista D. Juan Antonio Vital:

Creció en un tenso ambiente familiar con un padre católico y una madre calvinista; fue esposa y madre de siete hijos; enviudó y perdió a su hijo mayor en plena juventud casi al mismo tiempo; tuvo que administrar ella sola el importante patrimonio familiar cuando las mujeres no se dedicaban a eso. Después, tuvo que renunciar a ser religiosa de clausura por su frágil salud. Y ya por último y contra pronóstico, con casi 50 años de la época, fue capaz de condensar en la Compañía de María las avanzadas mejoras protestantes, el humanismo renacentista de su tío Miguel de Montaigne, y su profunda y alegre fe católica. Su tío llegó a decir admirado: “no parece mujer”. Precisamente por serlo tan intensamente…

Este año, hemos entrado a conocer su proyecto de educación acompañados por la mismísima directora, Dña. Elena Aguilar, a través de un librito que nos regaló a cada uno, del que extraigo algunas cosas interesantes:

Los cuatro “subrayados” de su pedagogía, que hemos escuchado alguna vez, y que están de rabiosa actualidad: en un libro reciente, un psicólogo llamado José Antonio Marina (“la inteligencia ejecutiva”, que recomiendo), señala hoy cosas como que para educar a un niño hace falta la tribu entera, (“educar en comunidad desde un proyecto común”) o que no basta con almacenar conocimientos ni con desarrollar la inteligencia emocional, sino que hay que trabajar sobre la inteligencia ejecutiva (“Formación de cabezas bien hechas más que bien llenas”), que es la que se encarga de hacer proyectos, tomar decisiones, utilizar los conocimientos, gestionar las emociones, mantener el esfuerzo, aplazar la recompensa, realizar metas a largo plazo. En ella tiene su origen la libertad humana. (“Educar en la vida y para la vida”). Y esa inteligencia no es innata, el niño tiene que aprenderla. Ayudarle a que lo consiga debe ser el gran objetivo educativo inmediato. (“Relación que acompaña, integra y hace crecer”).

 Pero si de eso ya teníamos noticia, me llamaron la atención los símbolos, entre ellos uno muy sugerente: “llenad vuestro nombre”. El librito dice que es la rúbrica que acompaña la firma de Santa Juana de Lestonnac en la Casa de Nuestra Señora. Llenad vuestro nombre… como si nuestro nombre o el de nuestros hijos estuviera vacío al principio de la vida, y se nos invitara a llenarlo… Llenarlo de vida, de formación, de libertad auténtica, de servicio, de alegría… “llenarlo de María”, contestó simplemente Elena cuando le pregunté que de qué iba esa expresión… Habrá que apuntársela!

Bienvenidos un curso más. Nos vemos en la siguiente.